Por Modesto Lule MSP
El payaso «Arlequín» terminaba de ponerse el maquillaje. Se puso
la última capa de talco para afianzar mejor la pintura. Llegó el momento de
ponerse la nariz y la peluca. Se miró en el espejo y lanzó un beso haciendo un
gesto de aprobación ante su semblante. Se dijo: « ¡Ya estoy listo!, ahora a
trabajar».