miércoles, 22 de mayo de 2013

Explicación de una novena o novenario y su origen




 Compilado por P. Modesto Lule MSP






¿Qué es una novena?
Novena viene del latín "novem", nueve. La novena es una devoción privada o pública donde se reza nueve días para obtener alguna gracia o intención especial. Algunos hacen novenas dedicadas a Nuestro Señor Jesucristo, al Espíritu Santo, a la Virgen María y a muchos santos. Pero también se hacen para rezar por el eterno descanso de una persona que ha partido de este mundo. La novena se puede rezar antes de la fecha señalada o después de ella. Obviamente, esto de rezar antes no aplica para el novenario de un difunto. Nadie sabe cuándo Dios le llamará a su presencia.


Muchas novenas tienen recomendación eclesiástica pero no un lugar propio y establecido en la liturgia. Es decir, no son parte de la oración oficial de la Iglesia. Las novenas nos ayudan en nuestra oración cuando están adecuadamente valoradas en el contexto de una sólida doctrina, si existe algo distante de la liturgia o de la doctrina, más vale verificar si es sano rezarla o dar aviso sobre dicho abuso para evitar que se propague alguna falsa devoción. Lo mejor es preguntar a algún sacerdote si se tienen dudas.

Al pedir la intercesión de un santo, recordemos que lo primero que debemos desear es imitar sus virtudes. Para ello es necesario conocer la vida del santo. Para esto es bueno buscar libros que contengan rasgos de su vida. Si es que este santo escribió en vida, leer sus escritos y buscar más en las biografías autorizadas. La novena puede convertirse en superstición si se limita solamente a buscar un deseo personal sin abrir el corazón a Dios y someterse a su voluntad. Es decir, cuando se haga de manera muy egoísta o caprichosa.

Diferencia entre el Novenario y octava
Hay que distinguir entre novena y octava, ya que son devociones muy distantes. Mientras las octavas tienen un carácter festivo, las novenas generalmente se hacen para lograr una intención o para orar por los difuntos. Si quieres saber porque en la Iglesia rezamos por los difuntos DALE CLICK AQUÍ

Hay ciertos lugares donde se hacen las octavas, que son ocho días antes o después del día de la fiesta, pero como hemos dicho, tienen un carácter festivo.

Aunque las novenas son muy antiguas, no fue hasta el siglo XVII que la Iglesia formalmente concedió la primera indulgencia a una novena en honor a San Francisco Javier, otorgada por el papa Alejandro VII.


¿Por qué rezar nueve días?
Los judíos no tenían celebraciones religiosas de nueve días ni novenarios de difuntos. Pero para ellos, el número siete era el más sagrado. La novena hora en la Sinagoga era una de las horas especiales de oración, como lo ha sido la hora nona en la Iglesia desde el principio. La nona en la Iglesia católica es una de las horas de oración en la Liturgia de las Horas, regularmente se reza a las 3 de la tarde.

Jesucristo nos enseñó a orar con insistencia. Él invitó a los Apóstoles para que se prepararan con oración para la venida del Espíritu Santo. De aquí se inspira la novena de Pentecostés.

Base bíblica
No hay un texto que podamos usar para mostrar el mandato de Dios a realizar una novena o la práctica real de alguna novena bíblica realizada tal como la conocemos hoy, pero si podemos decir que rezar los nueve días tiene una base bíblica.

Según Hechos de los Apóstoles, Jesús se apareció durante 40 días después de su muerte: «Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios». (Hech 1, 3)

En el versículo siguiente observamos que Jesús les pide que se queden orando hasta que llegue el Espíritu Santo. Les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre, de la cual ya les había hablado. (Cfr. Hech. 1, 4) En el capítulo 2 de los hechos de los apóstoles dice: «Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo». (Hch 2, 1-4)

Estos son los días que han transcurrido desde la orden de Jesús hasta que llegó Pentecostés. Sabemos que Jesús murió un día antes de la celebración de la Pascua, por lo que dice la Biblia: «Era el día antes de la de la Pascua, y los judíos no querían que los cuerpos quedaran en las cruces durante el sábado, pues precisamente aquél sábado era muy solemne.» (Jn 19, 31) De la fiesta de la Pascua hasta la fiesta de Pentecostés transcurrían 50 días. De la Resurrección hasta la Ascensión, pasaron 40 días, lo que muestra que hubo nueve días entre la Ascensión y Pentecostés donde los Apóstoles aguardaron la llegada del Espíritu Santo.

¿Qué hicieron en estos nueve días?
El mismo libro de los Hechos dice: «Todos ellos se reunían siempre para orar con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús…» (Hech 1, 14)

Se mantuvieron en oración durante nueve días para esperar una gracia muy especial: La venida del Espíritu Santo. Podemos decir que aquí se fundamenta la devoción de los novenarios. Esa fue la primera Novena de Pentecostés.

Los santos padres y el novenario.
Según San Jerónimo, el Padre de la Iglesia que tradujo la Biblia al Latín, El número nueve en la Santa Biblia indica sufrimiento y dolor. En la Edad media se decía que Cristo murió en la novena hora. Y cuando se celebraba Misa por un difunto, en el noveno día, el difunto sería elevado a los nueve coros de ángeles en el cielo. En España el Concilio de Toledo en el año 656 transfirió la fiesta de la Anunciación al 18 de Diciembre (dentro de la novena). Por eso la novena tomó un sentido de anticipación y preparación a una fiesta.

San Agustín, escribiendo sobre las novenas advierte a los cristianos el peligro de imitar esta costumbre pagana, ya que no se encuentra en la Biblia. El peligro no está en la novena sino en cómo se entiende esa oración. Esto lo hacía porque los romanos y griegos tenían novenas. Una de ellas, se trataba de una fiesta pagana para apaciguar a los dioses. Aunque los primeros cristianos siguieron la costumbre en cuanto al número de días, ya no lo hacían con superstición sino fundamentados en Cristo. Pero aun así el santo de Hipona advertía sobre los posibles desvíos.

España y Francia introdujeron la «novena de preparación» para la Navidad. Esto para recordar los nueve meses de embarazo de la Virgen. De la novena de preparación, surgió la costumbre en Francia y Bélgica de hacer novenas a la Virgen y a los santos por diversas intenciones.

Las novenas requieren humildad, confianza y perseverancia, tres importantes cualidades de la oración eficaz. Innumerables santos rezaban novenas con gran devoción y a través de los siglos muchos milagros se han logrado con la oración de novenas.



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Gracias y que Dios te bendiga.
Hasta la próxima






9 comentarios:

Unknown dijo...

Muy interesante, muy buena explicación,aprendí mucho. Que bueno que se evangelice de esta manera, con buen contenido, gracias por el articulo!

Daniel Ortega dijo...

....Pero también se hacen para rezar por el eterno descanso de una persona que ha partido de este mundo. La novena se puede rezar antes de la fecha señalada o después de ella.

¿Cómo apoya usted rezar por alguien que ya murió si la Palabra dice que después de muertos viene el juicio.? Hebreos 9:27
Una vez muerto ya no puede usted ni nadie hacer nada.
La parábola del rico y Lázaro es una enseñanza vital.
Por favor no engañen a la gente pensando que aún después de muertos pueden hacer algo para salvarlos.
Ni uno ni veinte novenarios pueden hacer nada para alguien que en vida no aceptó la salvación de Jesus.
«Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. ‭‭Hechos‬ ‭16:31

Unknown dijo...

La Iglesia Católica nunca ha enseñado que después de muerto pueda salvarse alguien. Lo que sí, es que nada manchado entrará en presencia de Dios. Si te salvaste, obviamente vas a ir al cielo, pero como quién pasa por fuego, eso es el purgatorio.

Unknown dijo...

Otra mentira más de la iglesia católica.

Unknown dijo...

No existe fundamento bíblico que avale los existencia del purgatorio, el libro del Eclesiastés dice que: "más vale perro que León muerto, porque el vivo sabe que ha de morir, más el muerto nada sabe, también su amor y su odio fenecieron ya, y no tienen parte ni suerte en lo que ocurre debajo del sol", por lo tanto, ni nuestros muertos, ni los santos, que también son muertos, pueden interceder por nadie, porque simplemente están muertos, además, Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, en verdad, no se engañen, el único mediador es Cristo, el único intercesor, El Espíritu Santo, Dios los ilumine en Su verdad y dejen las doctrinas de los hombres, SHALOM!!!!!!!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Cuando una persona fallece va al purgatorio. En este lapso te tienes que arrepentir de todos tus pecados. Por eso es que se reza para que puedan pasar a ver a Dios y también se hacen misas debido a ello.

Ing. Martin Cabrera dijo...

Sería bueno que manden la cita bíblica que me hable del supuesto pulgatorio para aprender. Porque la biblia nos enseña que en vida es que se tiene el único chance de arrepentimiento. Los muertos no se arrepienten

Unknown dijo...

En el libro del Apocalipsis (20, 4-5 y 11) encontramos dos tipos de muertos. En el versículo 4 leemos: Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús (los mártires)... y vivieron y reinaron con Cristo por mil años. Esto es la primera resurrección, de los que fueron directamente al Cielo por derramar su sangre por Cristo. Después leemos: Pero los muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección (v. 5). Estos no tienen vida (Dios es vida), es decir no están en el Cielo con Él. Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros según sus obras.... y al Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago del fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego (vv. 11-15). Vemos dos tipos de personas que son juzgadas según sus obras. No pueden ser los de vv 4-5 porque ellos ya están en el Cielo. Su "obra" era dar su vida por Cristo. No hay necesidad de juzgarles. Estos dos tipos que estaban en Hades (vv. 11-15). Además de significar el Infierno, Hades también es la palabra griega para el SHEOL del AT, y el Sheol no es infierno sino otro lugar. Ambos tipos de personas que salieron de Hades en Apocalipsis 20 son juzgados. Los del segundo lugar que tienen su nombre en el Libro de la vida. Van al Cielo porque sus obras fueron buenas. Los otros van al lago del fuego, que es el Infierno.

Jesús habló de un pecado que no es perdonado ni en este mundo ni en el venidero (Mt 12, 32) Sugiere que hay otro lugar y que la expiación puede suceder después de la muerte. Esto significa que en la otra vida hay pecados que sí se perdonan y otros que no se perdonan. Estos pecados que sí se perdonan en la otra vida ¿Dónde se perdonan?. ¿En el infierno? No puede ser por que en el infierno no hay redención. En el cielo tampoco, por que nada manchado entra allá (Apocalipsis 21, 27). Luego, debe un tercer lugar en la otra vida donde sí se perdonan. Hemos visto que Mateo dice: de cierto te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante (5, 26). Esta "prisión" no puede ser el infierno porque nadie sale del infierno, tiene que ser otro lugar.

El Purgatorio es el lugar al que fue Jesús a predicar a los espíritus encarcelados como el rey David, Isaac, y el profeta Jeremías (1 P 3, 19). Ellos no estaban en el cielo aún.

He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción (Is 48, 10. Ver Job 15, 34).
NOTA: SI QUIERE SABER MAS ESCRÍBEME A MI CORREO JOSEWILONCOLMENARES@HOTMAIL.COM .