Adaptación por Modesto Lule msp
Las
representaciones deben ser muy serias y al mismo tiempo las caracterizaciones
deben ser abstractas.
NARRADOR: Hubo una vez, en la historia del
mundo, un día terrible en el que el Odio que es el rey de los malos
sentimientos, los defectos y las malas virtudes convocó a una reunión urgente
con todos ellos.
(Música de fondo tenebrosa, pero no
horrífica mientras se dice esta presentación.
Al mismo tiempo pueden tenerse efectos de viento dando un toque
desértico, árido. Poco a poco se van acercando los personajes representados.
Estos lo hacen con pasos lentos tipo zombies pero no tan torpes)
NARRADOR: Todos los sentimientos negros del
mundo, y los deseos más perversos del corazón humano, llegaron a esta reunión
con la curiosidad de saber cuál era el propósito de la convocatoria.
(Sigue la
música y los efectos de sonido mientras se acercan todos al escenario y toman
asiento)
(En un
momento cuando ya todos están instalados comienzan a hablar)
EL ODIO: - Como ya bien lo saben hace un
tiempo nos reunimos para destruir a alguien a quien no soporto. Les comenté de
mi deseo de acabar con él y ustedes me hicieron sus propuestas de acabarlo.
Ahora quiero que nos cuenten que han hecho para destruir por completo al AMOR.
(Todos
comentan como ansiosos de esperar respuestas de los que se propusieron acabar
con el AMOR).
EL ODIO: Y entonces, ¿qué respuesta nos
tienen a la misión que les encargué?
MAL CARÁCTER: “Yo dije que en un año el Amor
habría muerto; que provocaría la discordia y rabia que no lo soportarían.
Llegué con un matrimonio que según me decían
vivían en el amor. Busqué de todo. Con el esposo trabajé mucho. Era el
más fácil de manipular. Buscaba cuando estaba cansado del trabajo y nada. La
esposa siempre fue paciente con él y el Amor triunfaba. Lo siento, lo intenté
todo, pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía
adelante. Mire patrón, el esposo caí y si se enojaba. Y llegaba a la casa
echando lumbre por la boca. Ya no eran chispas, era lumbre. Primero lo hacía
enojar en el trabajo, luego con el tráfico que se hacía de camino a su casa y
luego con los vecinos que le tiraban la basura muy cerca de la entrada a su
casa. Pero siempre su esposa lo recibía con un beso, lo abrazaba y le trataba
lo mejor posible. Y cuando el esposo lanzaba lumbre la esposa se quedaba
callada, no decía nada. Ya cuando pasaba el mal rato ella se acercaba al oído y
le preguntaba si había tenido un día muy pesado. Le daba un masaje y le daba
besos en el cachete. Hasta así yo me tranquilizo y eso que soy el mal carácter
encarnado. Patrón, temo decirles que fracasé.
EL ODIO: Eres un inepto. Pudo más el Amor que
tú. Inepto, inepto, inepto. (Lo dice enojado y bailando como lo hacía el chavo
cuando le iban a dar una torta zapateando, para causar algo de risa) Quiero
escucharlos a todos los que fueron esperando que de alguno se escuche una respuesta positiva,
aunque es lo que menos soy pero espero escuchar algo que me agrade. Espero que
no me salgan con las mismas tonterías.
LA AMBICIÓN: Patrón, (llora y lo dice
entrecortado) yo, patrón, este yo… Yo dije que iba a desviar el amor hacia el
deseo por la riqueza y por el poder. Le presentaba todo lo bien que se está
portando la ropa de marca, tener carros último modelo, ropa de marca, aparatos
electrodomésticos, dinero, joyas y pues. (Llora nuevamente) No patrón, no pude.
Al principio todo caminaba bien. Logre que vieran muchos programas de
televisión y ahí presentaba comerciales de artistas con todo lo mejor del mundo
y ellos se emocionaban. Pero lamentablemente no pude tampoco patrón.
LOS CELOS: Yo busque tentar al Amor en la mujer.
Como son las más susceptibles a mí pues la busque y le hice pensar que su
esposo andaba con otra mujer. Una ocasión ya por poco y triunfaba sobre el
amor. Resulta que la esposa empezó a dudar y cada que llegaba el esposo lo
revisaba de arriba para abajo tratando de oler algún perfume o verle algún
cabello pegado a su camisa. Un día le encontró un cabello rubio y le preguntó
que si le estaba engañando con una rubia, dijo que no, que ese cabello lo había
tomado en el metro cuando una rubia se había acercado a él cuando salía del
vagón. Ese día la mujer no preguntó más. Al otro día la mujer volvió a buscar y
no halló ningún olor, pero si halló un cabello pelirrojo. Y pues le dije al
oído que le preguntara, que no se quedara callada y pues le preguntó. Pero él
dijo que había sido de la gerente del banco que había ido a visitarlos y como
estaba embarazada se había desmallado y él y sus compañeros la habían puesto en
el sillón y quizá ahí se le había pegado ese cabello. Al otro día le insistí
que buscara nuevamente y tampoco halló olor a perfume ni tampoco cabello. Yo le
dije que le preguntara si andaba con una pelona pero no me hizo caso. Y pues
también fracasé patrón. No pude con el amor.
EL EGOÍSMO: Yo quise hacer todo lo que estoy
acostumbrado. Primero le dije a la lujuria que me ayudara. Y le dije que ella
hiciera su parte buscando que solamente el hombre quisiera satisfacer sus
deseos carnales. Dejé pues a la lujuria trabajando mientras yo sembraba ideas
como, tú eres el hombre de la casa, tú trabajas mucho para traer el sustento,
tú mereces un descanso saliendo siempre de trabajar, deja a la esposa que haga
el quehacer, trata de tomarte tus cervezas en las tardes y los fines de semana
busca a tus amigos de soltero, ve con ellos al deporte y trata de relajarte
para que agarres fuerzas y el lunes siempre llegue con todo el punch al
trabajo. Le dije además que se comprara el celular más moderno ya que se
merecía siempre lo mejor y que le diera el usado a su esposa. Pero que antes
borrara todas sus fotos y que por nada del mundo le diera la contraseña del
Facebook a su esposa. Que el Facebook es una página sumamente privada y que
nadie tiene derecho andar buscando que escribe o a que fotos le da like. Es más
le dije que bloqueara a su esposa o que hiciera 2 páginas de Facebook para que
en la otra se pusiera un seudónimo y así buscara solamente a los que son más
íntimos y nadie se diera cuenta de lo que se publicaban. La lujuria por su
parte me dijo que insistió mucho sobre la satisfacción del hombre y que no le
importara si la esposa tenía dolor de cabeza o andaba de mal humor, que tenía
que cumplir y ya. Pero pues creo que los dos fallamos porque el amor se impuso
y no dejo que sucediera nada de lo que yo y la lujuria ya habíamos planeado.
LA ENFERMEDAD: Pues conmigo casi nadie se escapa.
Siempre que llego a un matrimonio trato de permanecer un tiempo largo y hacer
de la enfermedad algo agónica y desesperante. Les hacía pensar que era
interminable o que no había médico que me curara para que se hartaran de las
causas que yo provoco. Pero pues no, al parecer el amor pudo más y quedé
también derrotado.
LA POBREZA: Yo soy la pobreza para los que no me
conocen. Yo llegué después de mi compadre la enfermedad. Y pues cuando la
enfermedad no funciona, porque déjenme decirles que otras veces tampoco ha
funcionado. Por ahí se las da de muy eficiente, pero hay que reconocerlo, ha
fallado en más de dos ocasiones.
ENFERMEDAD: (interrumpe) ¿O sea que tu muy muy,
tú la más fregona? Te preguntaron que cómo te había ido y no que dieras un
recorrido histórico sobre mi vida.
LA POBREZA: ¿O sea que si aceptas que eres
inferior a mí?
El ODIO: Ya dejen de disgustarse. Y tú mal
carácter deja de trabajar en ellas. Así hubieras trabajado en esos esposos que
ahora se han de estar burlando de nosotros. Pobreza, prosigue con lo que
estabas comentando.
NARRADOR: De pronto, de un rincón del salón se
levantó un sentimiento poco conocido y que vestía todo de negro, con un
sombrero gigante que caía sobre su rostro y no permitía ver su aspecto. Era
fúnebre como el de la muerte.
LA RUTINA: Yo sí pude matar al amor patrón.
EL ODIO: ¿Tú? pero ni aparentas nada, ni
sobresales de los demás, ni eres tan…tan, tan fuerte, ni impactas. ¿Cómo puede
ser posible que tú lo hayas matado? ¿Cuál
es tu nombre?
(El
sentimiento camina soberbiamente cerca del odio y dice)
LA RUTINA: "MI NOMBRE ES LA RUTINA". Y
mi formula es sencilla. Sin darse cuenta comencé a trabajar en los dos
haciéndoles pensar que todo era igual y sin sentido. No se dieron cuenta de mi
presencia y cuando menos lo pensaron acabé con el amor. Les hice sentir que ya
todo era usado, sin sentido, que
REFLEXIÓN:
La rutina
es una manera tediosa y vacía de vivir y tiene mucho que ver con el egoísmo.
Cada quien se concentra en sus propias actividades y descuida la actividad más
importante de la vida: relacionarse bien con su familia. No toman en cuenta la opinión o el interés
del otro en algún tema específico.
La rutina
hace que te olvides de los detalles que mantienen viva una relación. Por
ejemplo nos olvidamos de prepararle un desayuno especial a nuestro cónyuge de
vez en cuando. Nos olvidamos de decirle a nuestro cónyuge cuanto le amamos y
cuán importante es para nosotros. Los hombres nos olvidamos de traerle unas
flores a la esposa, o alguna muestra de afecto. Las mujeres se olvidan de
acariciar a su esposo.
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