Por P. Modesto Lule Zavala msp
Hay
personas que llaman a sus familiares o amigos con diminutivos. Los diminutivos
son afijos derivativos que modifican el significado de una palabra,
generalmente un sustantivo, típicamente para dar un matiz de tamaño pequeño o
de poca importancia, o bien como expresión de cariño o afecto. Ya sea el caso
de las personas que se llaman Salvador, se les llama Chavita. A las mujeres u
hombres que se llaman Guadalupe se les llama Lupe o Lupitas. Así podemos buscar
muchos diminutivos tanto para personas animales o cosas.
Algo
de lo que he notado hace años es que hay personas que utilizan esos diminutivos
para Nuestro Señor Jesucristo, para algún santo o para con el Papa. Esto no es
nada correcto. Debemos de tener respeto para con los mayores y para con personas
que ocupan un cargo social o eclesial. Algunos llegan a expresar que aman mucho
a Jesucristo por eso se atreven a decirle Chuchin o Chuy. Lo más reciente es
con el Papa Francisco, que algunos se refieren a él como el Panchis, el Paquis,
el Paco o Paquito.
Mencionar
que se tiene cariño por una persona no quiere decirse que se le falte al
respeto. Las reglas de urbanidad señalan que se debe hablar de usted a personas
con cargos ante la sociedad y a personas mayores. La palabra de Dios señala: “Hermanos, les rogamos que tengan respeto a
los que trabajan entre ustedes, los dirigen en las cosas del Señor y los
amonestan. Deben estimarlos y amarlos mucho, por el trabajo que hacen. Vivan en
paz unos con otros”. 1 Tes. 5, 12 - 13.
Por
lo tanto no es nada correcto referirse a Jesucristo ni al Papa con diminutivos.
La palabra de Dios es clara y no debemos comportarnos inmaduramente. El
papa es el vicario de Cristo y merece nuestro respeto.
Hasta
la próxima.
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