Compilado por P.
Modesto Lule Zavala msp
padremodestomsp@gmail.com
Oiga
padre, ¿un sacerdote puede negarle la bendición a quien se la pida?
Puede
negar la bendición en ciertas circunstancias. Un día se me acerca una persona
al terminar la misa y me pide que bendiga una imagen con agua bendita.
Al ver
la imagen le dije que no podía hacer lo que me pedía, ya que era una imagen de
Buda. Sé, del caso de otro sacerdote que se negó a dar la bendición al lugar
que iba a ser inaugurado como una cantina. Yo mismo me he negado a bendecir la
casa de una persona que adoraba a la “santa muerte”, le dije que si creía en
esa falsa devoción no podía bendecirla con agua bendita. En esos casos el
sacerdote puede negar la bendición. Pero si pides una bendición y el sacerdote
te la niega porque tiene algún sentimiento en contra de tu persona, ahí quien
está mal es el sacerdote. Los sacerdotes somos ministros de Dios llamados a
administrar las gracias de Dios a todos
El
origen de la palabra bendecir viene del latín benedicere. Una palabra compuesta
por bene, que significa "bien",
y dicere, que significa "decir".
La
palabra latina benedictio, con el significado de bendición se encuentra
solamente en el vocabulario bíblicoeclesiástico. Los traductores griegos de la
Biblia en el Antiguo Testamento tradujeron por eulogein el verbo hebreo barak
(bendecir) y por eulogia el respectivo sustantivo berakah (bendición) y así
eulogein y eulogia entraron en el lenguaje religioso griego como bendecir y bendición.
La
bendición ocurre con frecuencia en la Biblia y tiene varios significados: Significa
alabar a Dios; desear el bien a una persona; dedicar una persona o cosa al
servicio de Dios. En la liturgia, la bendición es un ritual por el cual un ministro
ordenado santifica a personas o cosas para el servicio divino o invoca el favor
divino.
El
Catecismo de la Iglesia Católica dice respecto a la bendición:
#1671
Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas,
de la mesa, de objetos, de lugares). Toda bendición es alabanza de Dios y
oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son bendecidos por
Dios Padre "con toda clase de bendiciones espirituales" (Ef 1:3). Por
eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo
habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.
#1672
Ciertas bendiciones tienen un alcance permanente: su efecto es consagrar
personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares. Entre las
que están destinadas a personas -que no se han de confundir con la ordenación
sacramental- figuran la bendición del abad o de la abadesa de un monasterio, la
consagración de vírgenes, el rito de la profesión religiosa y las bendiciones
para ciertos ministerios de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.).
Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede señalar la dedicación o
bendición de una iglesia o de un altar, la bendición de los santos óleos, de
los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas, etc.
El
Ritual Romano contiene bendiciones para diversas ocasiones y cosas. Se pueden
bendecir, por ejemplo, los alimentos. Esta bendición atrae la benevolencia de
Dios pero no imparte al objeto un carácter sagrado como sería el caso en la
bendición de un cáliz el cual queda reservado irreversiblemente para el uso
sagrado en la Santa Misa.
Las
bendiciones NO son sacramentos; no
son instituidas por Cristo; no confieren gracia santificante; no producen su
efecto en virtud del rito mismo ex opere operanto. Son sacramentales.
Hasta
pronto.
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