domingo, 9 de enero de 2011

Que siempre estés vivo


P. Modesto Lule msp

Caminando en una bodega encontré una planta que la tenían guardada y me desilusiono verla después de muchos años, porque no había cambiado nada.
Al mismo tiempo me dio gusto encontrar algo que utilizamos hace mucho tiempo, y me llegaron los recuerdos de ese día pero me desilusioné ver que esa planta no había cambiado. Y era obvio, esa planta era de plástico y alambre. A pesar de ser muy bonita no cambio. ¿Será que a veces eso nos pasa con las personas después de mucho tiempo y cuando nos las encontramos nos damos cuenta que no han cambiado nada? Sigue con los mismos pensamientos, las mismas ideas, el mismo trabajo, la misma rutina, las mismas actitudes, las mismas ganas de vivir. Dejando que el tiempo cumpla su trabajo en la vida y dejándose llevar por él. No hay cambios, no hay diversidad, no hay novedad, no hay nada que le ayude a verse diferente. ¿Y qué has hecho? Nada. ¿Y cómo te ha ido? Bien. ¿En que trabajas? En lo mismo de hace 15 años. Ya mero te jubilas ¿verdad? Ni se. ¡Ha! ¿Y qué cuentas de nuevo? Pues nada, no hay novedades. Que coraje y que aburrición da platicar con alguien así. No hay vida en su plática ni en su forma de ver la vida, se parece a esa planta que me encontré en el cuarto de utilería. No hay frescura en la vida, no hay deseos de luchar, de sobresalir, de renovarse de buscar rumbos mejores. Puede ser que no cambie de trabajo, pero por lo menos buscar cosas mejores, superarse. Que diferente plática sería si contestara de otra manera. ¿Y cómo te va? Pues muy bien, gracias a Dios, fíjate que en el trabajo ya me ascendieron, estoy tomando un curso de ingles para acomodarme en otra plaza ahí en el trabajo. Estoy aprendiendo sobre computación para ayudar a mis hijos con sus tareas de la escuela y eso del internet ya lo manejo. Además tomé un curso de electricidad ahí en el barrio y ya termine el de plomería. Nombre me está yendo muy bien. Y bueno uno que otro trabajito que me sale ya es un dinero extra para la familia. Hace poco nos fuimos de vacaciones, lo que antes no habíamos hecho. No fueron las súper vacaciones, pero nos divertimos mucho en familia… Vaya, que diferencia platicar con una persona así que tiene chispa en su vida y en su plática. Se ve que está vivo. La planta viva cambia de colores, de hojas, de tamaño, y hasta da frutos. Eso me motiva en una planta y también en una persona. El movimiento es esencial en cada uno de nosotros, estamos llamados al cambio al movimiento. La misma agua si no está en movimiento empieza a oler mal y a llenarse de hongos. El mismo muñeco de peluche que te regalan si no se mueve parece como algo frio y sin vida. Pero te imaginas si el muñeco se mueve cuando le presionas la mano y te dice una pequeña grabadora en su interior. Te quiero mucho. Eres lo máximo. Me gusta estar siempre contigo… Además de eso te baila. Eso sí que es fenomenal. El movimiento en las cosas y en el ser humano es necesario. Las mismas pinturas cuando tienen movimiento, es decir efectos, se hacen más populares. La mona lisa de Da Vinci, de cualquier ángulo que la mires parece que te está viendo a ti particularmente. Es un efecto que la distingue de otras pinturas. Allá en Morelia tenemos una pequeña capilla con un mural en toda la parte del techo y la parte del muro. La pinto el maestro Agustín Cárdenas. Es la santísima trinidad, y Dios Padre tiene su mano extendida hacia el Hijo, pero la mano parece que se extiende hacia uno cuando la ve, y si caminas parece que la mano se mueve, como diciendo: aquí está mi mano para que no te sueltes. El espíritu santo de esa pintura está como en una especie de picada que parece que cae y cae sobre quien lo mire y no importa de qué ángulo se esté viendo, parece que se ve venir. El movimiento en el espíritu de cada uno de nosotros se hace una urgencia tanto para vivir como para renovarse totalmente. Que la apatía no haga su nido en tu corazón y que la próxima vez que nos encontremos me digas que estas con vida como la planta que se renueva y da sus frutos. Que tu vida sea frescura y felicidad. Iniciemos este año con movimiento pero afianzado en Dios nuestro Creador.
Hasta la próxima.
Att. Modesto Lule
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teologomsp@gmail.com
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1 comentario:

flommar dijo...

=)

viva! muchos motivos para vivir!...