jueves, 8 de julio de 2010

Nuestro viaje en la vida


No sé a qué se deba que me toca ver cada escena siempre que salgo a la calle. No sé si yo sea muy chismoso o sea muy observador. Jijijijijijiji pueden ser las dos cosas, lo cierto es que siempre me ha de tocar ver algo que me deja pensando durante un buen tiempo. En está ocasión me paso cuando me dirigía a la estación del metro san Lázaro. Tome un autobús de Texcoco con dirección a México.
Tomo el asiento segundo después del chofer. Me acomodo y trato de cerrar los ojos y dormir un poco. Son 40 minutos de viaje y quiero aprovecharlos para descansar. El camión avanza y la música de la radio trata de dar un poco de armonía a ese ruido que sale del motor del autobús. No sé cuantos minutos pasan y escucho que uno de los pasajeros que va en el primer asiento después del chofer comienza a platicar con él. Le pregunta de un lugar y de cómo llegar a él. El chofer le dice el lugar y ciertas indicaciones. El pasajero le pide bajar en la siguiente esquina. Pero hay un problema, el autobús no puede realizar descenso de personas en esa zona. El pasajero insiste al chofer para que lo deje bajar en ese lugar. El chofer le explica al pasajero de buena manera el conflicto que tienen con otras líneas de trasporte y por qué no pueden bajar personas. Además de que le da a conocer de cuanto es la multa que tienen que pagar si son sorprendidos por hacer la acción que pedía aquel pasajero. Los diálogos suben de tono, y supuse que ya no era un favor el que se pedía sino un deber. El chofer nuevamente explica al pasajero todas las cuestiones ya mencionadas con anterioridad y porque motivo no puede bajarlo en plena calle. El pasajero menciona que tienen prisa y que necesita llegar a tiempo a su destino. El chofer arremete nuevamente dándole a conocer la cantidad de dinero que tendrá que pagar si hace caso a esa petición. El pasajero no logra entender y continúa insistiendo con su petición. --Déjame bajar por aquí, le dice al chofer. Y continúa diciéndole, --te lo estoy pidiendo como ser humano déjame bajar por favor. --Que no puedo hacer eso. Le responde el chofer. El pasajero vuelve a decir aquella frase que ya se me había pegado: déjame bajar aquí por favor, te lo pido como ser humano. Y yo en medio de mi somnolencia analizaba esa frase y me preguntaba ¿cómo sería si no se lo pidiera como ser humano? ¿A golpes e insultos? El ambiente se puso tenso, por suerte estábamos por llegar a nuestro destino, nos faltaban unas tres cuadras. Pero el pasajero seguía insistiendo. Al parecer después de muchas explicaciones y consejos no pudo entender la regla del chofer y de la línea de transporte. Faltando una cuadra y media el chofer un tanto fastidiado abre la puerta del autobús y aquel pasajero desciende. Cuando toco suelo se da la media vuelta y le avienta al chofer una botella de plástico vacía. No le ha pegado, pero el chofer se pone de pie, el otro debajo del autobús lo reta a los golpes y le lanza palabras ofensivas. El chofer le pregunta porque hizo todo eso, aquel pasajero le dice que lo hizo simplemente porque no quiso bajarlo donde él quería. El chofer cerró la puerta y un tanto molesto puso la velocidad en el autobús y nos alejamos de ahí dejando al antiguo pasajero molesto y lanzando improperios al chofer. Este es el caso de una persona que por más que se le explico y se le dio a conocer la situación en la que estaban no entendía. Tal puede ser nuestro caso cuando nos han dicho una y mil veces lo que es mejor para nuestras vidas y no hacemos caso. ¡No tomes alcohol en exceso! ¡El cigarro te hace daño! ¡Deja de ser tan violento! ¡As Oración todos los días! ¡Deja la Tv por un rato, tanta Tv te hace mal!... son tantas cosas que nos explican a diario y no hacemos caso de ellas, no entendemos. Son cuestiones que hemos escuchado por mucho tiempo, pero simplemente porque no van de acuerdo con nuestros gustos, no las aceptamos, no las entendemos. Aquel pasajero termino su viaje y nunca entendió lo que le decían. Que nosotros no terminemos nuestro viaje por este mundo sin entender lo que es mejor para nuestras vidas.


Te invito a escucharme de lunes a viernes de las 9:30am a 11am hora de México por esta radio: www.radiosepa.com


Hasta pronto:

Att. P. Modesto Lule msp

Mi correo. teologomsp@gmail.com

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