viernes, 12 de agosto de 2011

UN MOTIVO PARA NO SUICIDARSE


Por Modesto Lule msp
Felipe caminaba rumbo a su casa. Por fin había obtenido lo que tanto estuvo buscando durante dos largos meses. Era una gran cantidad de barbitúricos. Ya nada lo podía detener; esa noche realizaría lo que tanto había pensado.
Para Felipe, la expulsión de la escuela, la ruptura con su novia, el choque que había tenido con el carro de su papá, la humillación que le hizo pasar su maestra, el despido de su primer trabajo, la cancelación para llegar tarde a casa y la muerte de su mejor amigo, iban a quedar atrás. Ya no más regaños ni humillaciones, ya no más desilusiones ni fracasos en esta vida. El suicidio sería la mejor salida. No hacía mucho el tenía todo para ser feliz pero se había terminado.
Casi llegaba a su casa cuando una ambulancia rompió el hilo de sus sueños con su ruido ensordecedor. Su mirada la siguió. Su corazón se empezó a agitar cuando miró a la ambulancia detenida frente a su casa. Algo había sucedido y tenía que averiguarlo.

Sus ojos alcanzaron a vislumbrar a un cuerpo que subían a la ambulancia. Su madre caminaba detrás de los paramédicos, y con sus manos trataba de apagar el torrente de lágrimas que enjugaban su rostro. Estando ya cerca, su madre le gritó: ¡Hijo, es tu papá! Felipe subió a la ambulancia y ya estando cerca de su padre le tomó la mano. Los ojos de don Daniel no dejaban de mirar a su hijo. Las manos de padre e hijo se encontraban más que unidas, injertadas con todo el sentimiento del amor. Las palabras de don Daniel no esperaron más: Hijo, no sé por dónde empezar, pero, quiero que sepas que la gangrena ya cumplió su meta conmigo y mi muerte se encuentra cerca. Solamente te pido que cuides de tu mamá y tus hermanos, tú eres su único sostén y ayuda. Yo sé que te va a ser difícil, pero sé que lo lograrás, problemas siempre tendrás, pero no dejes que ellos determinen tu vida, que sea Dios el guía principal de tu existir, nunca te separes de Él porque es el único que nos da la fuerza. Podrá faltarte comida, dinero, ropa o cualquier otra cosa, pero si tienes a Dios nada te falta. ¡Nunca te separes de Dios, hijo mío!
Don Daniel tomó la mano de Felipe y depositó algo en ella, después la apretó fuertemente y expiró. Felipe abrió su mano y descubrió un viejo rosario de color azul, desgastado por el tiempo y por el uso. Felipe lo tomó, lo guardó y nunca se separo de él.
Cuando nos llenamos de problemas siempre buscamos salidas fáciles y cómodas. El psicólogo Oswaldo González Saldaña dice que hay una teoría que señala que no existe en el mundo persona que no haya pensado en el suicidio en alguna ocasión. Esto da a entender que no hay persona que no tenga problemas en el mundo. Todos tenemos problemas, grandes o chicos, son problemas de alguna manera. Entonces, ¿por qué se suicidan algunos? Tal vez, porque lo han tenido todo menos a Dios, y el no tener a Dios equivale a desesperarse, a no tener paz, a no entregarse, a no tener amor, a no tener fe y a no desear vivir. La Madre Teresa de Calcuta decía: “de la oración nace: la fe, el amor, la entrega y la paz”. Si no tenemos amor en nuestros corazones, no podremos comprender el sentido del dolor y el sufrimiento en la vida. A Felipe le llegó la oportunidad de vivir para alguien por eso no se suicido. Otra cosa hubiera ocurrido si todavía esperara que los demás vivieran para él.
Alguien preguntó un día: ¿qué hace Jesús para comprender al hombre que sufre? La respuesta es clara. Busca en la Biblia y lo conocerás. Jesús nace como hombre y está cercano a los hombres. Nació, murió, con toda la tragedia del hombre. Jesús está unido a los inocentes, sufre con ellos, se une a ellos, no para dejarlos ahí, sino para hacerlos vencedores. Ésta es una rica realidad del cristiano, el darse cuenta que no sufre sólo. Un cincelazo dice: “si no hay capacidad de sufrir no hay capacidad de amar” y “una vida fácil es una vida inútil”.
Por Modesto Lule msp (sacerdote misionero)
Twitter: @ModestoLule
Facebook: Modesto Lule Zavala

1 comentario:

coto dijo...

creo que siempre,siempre a pesar de toda la oscuridad algo bueno ha de suceder, debemos ser pacientes y esperar, esperar siempre algo nuevo.