domingo, 11 de noviembre de 2012

Crónica de la película: DESPUÉS DE LUCÍA


MIRÉ LA PELÍCULA DESPUÉS DE LUCíA 
Y NO QUEDÉ IGUAL

Por p. Modesto Lule msp


Siempre gozo de una película de entretenimiento, pero no menos de cuando veo una película que me deja pensando. Y es que en realidad las películas son en su mayoría para entretener, muchos llegamos a pensar que ir a ver una película es solamente para sacar aquella carcajada sin prejuicio de quien me ve o me oye. Hay pocos, muy escasos diría yo, largometrajes que saben conjugar la alegría con el mensaje o aquella reflexión que deja al espectador pensando durante varios días, semanas, o incluso meses. Son de esas pocas películas que incluso quedan en la memoria como las que te hicieron ver de otra manera el mundo, o descubrirlo o darte cuenta de una realidad. 



Hay otro tipo de películas que son tan al natural que siempre te tienen al filo de la butaca por la incertidumbre que generan y al final te sales de la sala sin saber que decir y lo que dices muchas veces es redundante. Eso mismo me ha pasado después de ver la opera primera de Michel Franco, este director y actor mexicano que ha salido ovacionado en el festival de Cannes y al mismo tiempo con un premio a su película.

Desde que miré los cortos me llamó la atención y esta creció al darme cuenta que ya habían pasado tres semanas y aun no salía de cartelera. Tuve que buscar el permiso para poder verla, y ver el trasfondo de esta cinta que ha generado mucha expectación. Y cómo no hacerlo, si la trama toca un tema actual y que se replica en cada estrato social y en cada nueva generación de una manera más extrema. Su tema principal es el «bullying» en las escuelas. Esta violencia progresiva entre los mismos compañeros para con el más débil, desde el aspecto físico hasta el psicológico.

La película se llama «Después de Lucía», aunque a Lucía nunca la vimos en los 93 minutos que dura. La protagonista es Alejandra, hija de Lucía, quien fue esposa de Roberto, hombre maduro de porte robusto y de oficio Chef. Estos dos, hija y padre se mudan de Puerto Vallarta a México con la intención de olvidar el dolor y la tristeza que les causa recordar a la madre y esposa que murió en un accidente automovilístico. Roberto carga un cuadro de depresión que lo lleva a estar mucho tiempo durmiendo y llorando. Alejandra por su parte tiene que enfrentar al mundo y a sus nuevos compañeros de escuela. Ella es aceptada de forma meticulosa, para después generarle una persecución física y psicológica de manera despiadada. Todo comenzó cuando Alejandra acepta la invitación de sus nuevos amigos a Valle de Bravo, ella, entre las copas, la hormona y la ingenuidad, tiene relaciones sexuales con uno de los chavos que al mismo tiempo le graba en su teléfono celular, moda muy común entre los jóvenes y a lo cual se suele llamar «sexting», contracción de «sex» y «texting» que es un anglicismo para referirse al envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles. Esta misma grabación la comparten en las famosas redes sociales y por la cual se enteran todos sus compañeros. El «bullying cibernético» comienza a hacerse presente para después dar el salto al psicológico y por último al físico.

De esto trata la película y quisiera presentar, como es mi costumbre, retomando la presentación de otros colegas, sacar lo bueno, lo malo y lo raro. Aclarando que no quiero con todo esto clasificar como tal a la película, sino dar mi punto de vista en mi condición de religioso y persona que gusta del séptimo arte.



LO BUENO.
Desvela una realidad, que quizá para muchos es conocida porque la viven, para otros es ignorada y al mismo tiempo incomprendida. La película como tal no presenta soluciones, presenta una situación en donde los que deben actuar son los espectadores. No hay necesidad de saber, investigar o estudiar qué hacer. Lo que hace falta es actuar, y se comprende que los valores se están perdiendo en la familia, y el diálogo es cada vez menor. La indiferencia y el individualismo crecen a pasos agigantados y es necesario actuar.

LO RARO.
Es una película muy «al natural», sin movimientos de cámara ni muchos cortes. Es más, no tiene la clásica música que te adentra a una situación y te hace percibir el ambiente en los personajes. Es siempre una cámara fija que mantiene al espectador como eso, un espectador que permanece en la zozobra.

LO MALO.
Lo malo no hace mala a la película, pero la hace para algunos fría y sin mensaje. Lo cierto es que la película es un tipo de parábola donde, al final, uno tiene que tomar una decisión, no de la película, sino de la vida. El director se ha tomado el trabajo de presentar un filme, donde al mismo tiempo nos hace partícipes del mismo porque toca ese tema que es actual y muy cercano, en algún modo, a cada uno de nosotros; pero al final, no termina la trama, dando pauta para que cada uno tome su personaje y le dé el final que uno escoja. Es de ese tipo de películas que me gustan, porque no me dan la comida digerida, sino me dan la comida para que yo la coma y la digiera.

Conclusión.
Como dato final, les comento que en la proyección había niños y adolescentes, que al inicio de la película y a la mitad de ella dejaban soltar una risilla al verse posiblemente reflejados en las imágenes de maltrato a Alejandra. Lo bueno fue casi al final, cuando el silencio era total por el impacto que la película ya había causado, tanto así que al hacer un pequeño comentario a quien me acompañaba, escuche el clásico shhh, con el que me invitaban a guardar silencio.

Recomiendo esta película no solamente a los que pasan por este tipo de problemas, sino para prevenir, y no llegar hasta estos casos. Sin duda, esta película no viene a ser el hilo negro que descubre los problemas y nos brinda soluciones, pero en algún modo es un vaso de agua en el desierto que viene a refrescarnos en esta etapa de «insolación» de valores que aqueja a nuestra sociedad.



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Gracias y que Dios te bendiga.

Hasta la próxima. 


2 comentarios:

CATALINA dijo...

ASI ES PADRE HAY QUE VERLA PARA HACER CONCIENCIA QUE DEBEMOS ACTUAR CUANDO VEMOS ALGO ASI Y QUE NUESTROS HIJOS LA VEAN Y TOMEN CONCIENCIA DE LA SITUACION GRACIAS PADRE DIOS LO BENDICE.

coto dijo...

Este tema no existiría si las familias se dedicaran a formar integralmente a sus hijos en lo espiritual, emocional, intelectual y afectivo. Tanto victimas como victimarios surgen de ellas. La familia ha dejado de cumplir su función...se aman más ellos (padres) que a sus hijos. Todo lo bueno y malo nace del bien o mal que asuma el papel que se cumple en la iglesia doméstica que es la Familia. Eso creo...