Por Modesto Lule MSP
El
año litúrgico y el año civil contienen 365 días cada uno. El año civil termina el
31 de diciembre y comienza el 1 de enero. El año litúrgico comienza el primer
domingo de adviento y termina un día antes. El primer domingo de
adviento no
tienen fecha fija, pues el año litúrgico solamente tienen algunas celebraciones
apegadas al calendario civil pero otras celebraciones están más bien apegadas
al calendario lunar como es el caso de la celebración de la Pascua. En otro
caso la celebración de Navidad si tienen fecha fija y todos la conocemos.
Navidad no es el 24 de diciembre sino el 25. Navidad no es un día, es un tiempo
y comienza el 25 de diciembre y termina un día antes de la fiesta del bautismo
del Señor que tiene fecha movible porque se ajusta a la celebración de la
Pascua. La fiesta del Bautismo siempre será después del 6 de enero o de la
fiesta de la Epifanía.
El
año litúrgico comienza 4 semanas antes de navidad y comienza en domingo. A esas
4 cuatro semanas se les llama tiempo de adviento que significa tiempo de
espera. La palabra adviento viene del latín adventus que significa llegada,
aquí se refiere a la llegada del Mesías, del Salvador. En este tiempo se usa el
color morado que significa espera. Ahora con la confusión que se ha dado. Algunos
dicen que el último domingo del año litúrgico es la Solemnidad de Jesucristo
Rey del Universo y eso es verdad, ese es el último domingo del año litúrgico,
pero ahí no termina el año litúrgico ya que sigue toda la semana hasta el
sábado antes del primer domingo de adviento.
Durante
todo el año litúrgico se da el desarrollo de los misterios de la vida de Cristo
(nacimiento, su muerte y resurrección) y también las celebraciones de los
santos que la Iglesia nos propone a lo largo del año. En este año nos debemos
proponer vivir y no sólo recordar la Historia de la Salvación que Dios marcó en
la Biblia y que todo el que se diga cristiano debe conocerla y vivirla. En este
año se da un camino de fe que nos adentra y nos invita a profundizar en el
misterio de la salvación, un camino de fe para recorrer y vivir el amor divino desde
el tiempo de adviento que es un tiempo de espera por la llegada del Salvador,
pasando por el tiempo de Navidad que es regocijarnos porque Dios se hace hombre
para mostrarnos ese camino. Después viene un tiempo al que la Iglesia llama
tiempo ordinario en el que se usa el color verde, que simboliza la esperanza.
Por cierto en el tiempo de Navidad se usa el color blanco que simboliza la
alegría. Después del tiempo ordinario viene un tiempo sumamente importante que
es el tiempo de cuaresma, tiempo en el que recordamos los 40 días de Jesús en
el desierto sin comer ni beber agua. La palabra cuaresma viene de la palabra
cuarenta. Después de esos 40 días viene el Triduo Pascual, jueves, viernes y
sábado santos y enseguida el domingo de Pascua. La palabra Pascua en la Iglesia
significa paso y se refiere al paso del Señor entre nosotros para salvarnos.
Esta celebración en la Iglesia dura 50 días. Esa fiesta termina con la
celebración del domingo de Pentecostés cuando el Espíritu Santo llegó con los
Apóstoles y todos los que estaban reunidos en Jerusalén. La palabra Pentecostés
significa cincuenta. Y después de este tiempo vienen nuevamente el tiempo
ordinario que durará hasta que se acabé el año litúrgico, es decir hasta el
sábado antes del primer domingo de Adviento.
Las
fiestas cristianas han surgido paulatinamente a través de los siglos. Estas
nacen de un deseo de la Iglesia Católica de profundizar en los diversos
momentos de la vida de Cristo. Se comenzó con la fiesta del Domingo y la
Pascua, luego se unió Pentecostés y, con el tiempo, otras más. La palabra liturgia
viene del griego leitourgia, que quiere decir servicio público, generalmente
ofrecido por un individuo a la comunidad. El Concilio Vaticano II en la
“Constitución sobre la Liturgia” (SACROSANCTUM CONCILIUM No. 7) nos dice: “La
liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos
sensibles significan y cada uno a su manera, realizan la santificación del
hombre y así el Cuerpo místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus
miembros, ejerce el culto público íntegro". Ojalá que cada día nos
esforcemos en conocer más sobre nuestra fe para vivir mejor la doctrina y
acercarnos más a los misterios de salvación que Cristo nos ofrece en su
Iglesia.
Hasta
la próxima
2 comentarios:
si que es muy corta :V+
si que es muy corta :V+
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