jueves, 4 de octubre de 2018

26 datos sobre san Francisco de Asís


Compilado por Modesto Lule MSP



01. Su nombre verdadero fue Giovanni di Pietro Bernardone, algo así como (Juan de Pedro Bernardone ). Nació en Asís Italia entre el año 1181 y 1182. Falleció el 3 de octubre del 1226 a la edad de 44 años en Asís. Fue canonizado el 16 de julio del 1228 en Asís por el papa Gregorio IX. San Fracisco fue diácono más no sacerdote. 


02. Su padre, Pedro Bernardone, fue un comerciante que trabajaba en Francia. Como se encontraba en dicho país cuando nació su hijo, la gente le apodó "Francesco" (el francés) a su hijo.

03. Tuvo al menos un hermano más, de nombre Angelo. Francisco recibió la educación regular de la época, en la que aprendió latín.

04. De joven vivió cómodamente entre lujos y riqueza, gastando mucho dinero y con ambiciones de ser gran empresario. Era muy dado a las románticas tradiciones caballerescas que propagaban los trovadores.

05. Cuando tenía cerca de 19 años, antes de su conversión, se unió al ejército y luchó en una guerra que se libró entre las ciudades de Perugia y Asís. Fue hecho prisionero durante un año, pero finalmente fue liberado ileso.

06. De acuerdo con los relatos, fue en un viaje a Apulia (1205)  ​mientras marchaba a pelear, cuando durante la noche escuchó una voz que le recomendaba regresar a Asís. Así lo hizo y volvió ante la sorpresa de quienes lo vieron, siempre jovial pero envuelto ahora en meditaciones solitarias.

07. Empezó a mostrar una conducta de desapego a lo terrenal. Un día en que se mostró en un estado de quietud y paz sus amigos le preguntaron si estaba pensando en casarse, a lo que él respondió: Están en lo correcto, pienso casarme, y la mujer con la que pienso comprometerme es tan noble, tan rica, tan buena, que ninguno de ustedes han visto otra igual.

08. El punto culminante de su transformación se dio cuando convivió con los leprosos, a quienes tiempo antes le parecía extremadamente amargo mirar.

09. Su padre, al darse cuenta de la conducta de su hijo, fue enojado en su búsqueda, pero Francisco estaba escondido y no lo halló. Un mes después fue él mismo el que decidió encarar a su padre. En el camino a su casa, las personas con que se encontró lo recibieron mal y, creyéndolo un lunático, le lanzaron piedras y lodo.

10. Su padre lo reprendió severamente, tanto que lo encadenó y lo encerró en un calabozo.​ Al ausentarse el airado padre por los negocios, la madre lo liberó de las cadenas. Cuando regresó, fue ella quien recibió las reprimendas del señor de la casa, y fue otra vez en búsqueda del muchacho a San Damián, pero Francisco se plantó con calma y le reafirmó que enfrentaría cualquier cosa por amor a Cristo. (Francisco tenía entonces 25 años)

11. Se dedicó después a la reconstrucción de la capilla de San Damián. Según los relatos, lo hizo después de haber visto al crucifijo de esta iglesia decirle: Francisco, vete y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas. Entonces decidió vender el caballo y las mercancías de su padre en Foligno, regresó a San Damián con lo ganado y se lo ofreció al sacerdote, pero este lo rechazó.

12. Pietro Bernardone, acudió a las autoridades civiles a forzarlo a presentarse, pero el joven rehusó hacerlo con el argumento de no pertenecer ya a la jurisdicción civil, por lo que las autoridades dejaron el caso en manos de la Iglesia.


13. Francisco se sometió al llamado de la autoridad eclesial. Ante el requerimiento de devolver el dinero frente a su padre y al obispo de Asís, de nombre Guido, no sólo lo hizo, sino que se despojó de todas sus vestimentas ante los jueces, proclamando a Dios desde ese momento como su verdadero Padre. Ante esto, el obispo lo abrazó y le envolvió con su manto.

14. Al principio de su conversión, viéndose atacado por violentas tentaciones de impureza, solía revolcarse desnudo sobre la nieve. Cierta vez en que la tentación fue todavía más violenta que de ordinario, el santo se disciplinó furiosamente; como ello no bastase para alejarla, acabó por revolcarse sobre las zarzas y los abrojos.

15. Su primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle, quien era un rico comerciante también proveniente de Asís que vendió todo lo que tenía para darlo a los pobres, justo como él. Su segundo discípulo fue Pedro de Cattaneo. San Francisco les concedió hábitos a los dos el abril de 1209. Para el año 1210 había 12 de ellos en total, es decir, igual número que los apóstoles.

16. Dios le había concedido ya el don de profecía y el don de milagros. Cuando pedía limosna para reparar la iglesia de San Damián, acostumbraba decir: "Ayudadme a terminar esta iglesia. Un día habrá ahí un convento de religiosas en cuyo buen nombre se glorificarán el Señor y la universal Iglesia". La profecía se verificó cinco años más tarde en Santa Clara y sus religiosas.

17. Un habitante de Espoleto sufría de un cáncer que le había desfigurado horriblemente el rostro. En cierta ocasión, al cruzarse con San Francisco, el hombre intentó arrojarse a sus pies, pero el santo se lo impidió y le besó en el rostro. El enfermo quedó instantáneamente curado. San Buenaventura comentaba a este propósito: "No sé si hay que admirar más el beso o el milagro".

18. En Roma no querían aprobar esta comunidad porque les parecía demasiado rígida en cuanto a pobreza. Por otra parte, muchos cardenales opinaban que las órdenes religiosas ya existentes necesitaban de reforma, no de multiplicación y que la nueva manera de concebir la pobreza era impracticable. Más tarde, el Papa relató a su sobrino, quien a su vez lo comunicó a San Buenaventura, que había visto en sueños a Francisco sosteniendo con su cuerpo la basílica de Letrán que estaba a punto de derrumbarse. Cinco años después, el mismo Pontífice tendría un sueño semejante a propósito de Santo Domingo. Inocencio III mandó, pues, llamar a Francisco y aprobó verbalmente su regla; enseguida le impuso la tonsura, así como a sus compañeros y les dio por misión predicar la penitencia.

19. San Francisco dio a su orden el nombre de "Frailes Menores" (hermanos menores) por humildad, pues quería que sus hermanos fuesen los siervos de todos y buscasen siempre los sitios más humildes para predicar a los más desfavorecidos y servirles en sus diferentes necesidades. San Francisco recorría campos y pueblos invitando a la gente a amar más a Jesucristo, y repetía siempre: 'El Amor no es amado". La gente le escuchaba con especial cariño y se admiraba de lo mucho que sus palabras influían en los corazones para entusiasmarlos por Cristo y su Verdad. Sus palabras eran reflejo de su vida en imitación a Jesús, decía:
"El que ama verdaderamente a su enemigo no se apena de las injurias que éste le provoca, sino que sufre por amor de Dios a causa del pecado que arrastra el alma que lo ofendió. Y le manifiesta su amor con obras".

20. En 1220, Francisco se retiró del gobierno de la Orden y nombró como su Vicario a Pedro Cattani. Sin embargo, Pedro murió sólo cinco meses después. Los visitantes a su tumba reportaron muchos milagros, lo que llevó a grandes multitudes al lugar. Las muchedumbres causaban problemas en la zona por lo que Francisco le rezó a Cattani para se detuvieran los milagros, y estos cesaron.

21. En el 1221 san Francisco y el cardenal Ugolino habían redactado una regla para la cofradía de laicos que se habían asociado a los frailes menores y que correspondía a lo que actualmente llamamos Tercera Orden, fincada en el espíritu de la "Carta a todos los cristianos", que Francisco había escrito en los primeros años de su conversión. La cofradía, formada por laicos entregados a la penitencia, que llevaban una vida muy diferente de la que se acostumbraba entonces, llegó a ser una gran fuerza religiosa en la Edad Media.

22. San Francisco pasó la Navidad de 1223 en Grecehio, en el valle de Rieti. Con tal ocasión, había dicho a su amigo, Juan da Vellita: "Quisiera hacer una especie de representación viviente del nacimiento de Jesús en Belén, para presenciar, por decirlo así, con los ojos del cuerpo la humildad de la Encarnación y verle recostado en el pesebre entre el buey y el asno". En efecto, el Santo construyó entonces en la ermita una especie de cueva y los campesinos de los alrededores asistieron a la misa de medianoche, en la que Francisco actuó como diácono y predicó sobre el misterio de la Natividad. Ahí nació la primera representación de los nacimientos actuales.

23. Los estigmas son una condición en la que las heridas de Cristo aparecen sobrenaturalmente en el cuerpo de una persona. Un franciscano que lo acompañó dijo: "de repente vio una visión de un serafín, un ángel de seis alas en una cruz. Este ángel le dio el don de las cinco llagas de Cristo". Esto sucedió en 1224 durante un ayuno de 40 días en el Monte Alvernia, cuando se preparaba para la Fiesta de San Miguel Arcángel, el 29 de septiembre. A partir de entonces llevaba las manos dentro de las mangas del hábito y llevaba medias y zapatos. Dijo que le habían sido reveladas cosas que jamás diría a hombre alguno. Es el primer caso conocido en la historia de estigmatizaciones visibles y externas. Es decir, tenía las heridas de clavos en sus manos como si le hubieran crucificado. Estas heridas le aparecieron de un día para otro después de un momento intenso de oración.

24. Francisco murió el 3 de octubre de 1226, después de escuchar la lectura de la Pasión del Señor según San Juan. Francisco había pedido que le sepultasen en el cementerio de los criminales de Colle d'lnferno. En vez de hacerlo así, sus hermanos llevaron al día siguiente el cadáver en solemne procesión a la iglesia de San Jorge, en Asís. Ahí estuvo depositado hasta dos años después de la canonización el 16 de julio de 1228 por el Papa Gregorio IX. Al día siguiente el Santo Padre puso personalmente la primera piedra de la nueva basílica de San Francisco de Asís.

25. En 1230, fue secretamente trasladado a la gran basílica construida por el hermano Elías, pero pronto fue ocultado por los franciscanos para protegerlo de los invasores sarracenos. La ubicación de su cuerpo quedó en el olvido, y no fue redescubierto hasta casi seis siglos después, en 1818, tras 52 días de búsqueda, fue descubierto bajo el altar mayor, a varios metros de profundidad.

26. Digamos simplemente que sus tres ramas: la de los frailes menores, la de los frailes menores capuchinos y la de los frailes menores conventuales forman el instituto religioso más numeroso que existe actualmente en la Iglesia. Y, según la opinión del historiador David Knowles, al fundar ese instituto, San Francisco "contribuyó más que nadie a salvar a la Iglesia de la decadencia y el desorden en que había caído durante la Edad Media".



Hasta la próxima.



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