Escrito 2 de 3
PARA COROS PARROQUIALES.
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Por Modesto Lule MSP
padremodestomsp@gmail.com
Este es el episodio número 2 de la serie vamos a
hablar sobre los cantos de la misa. En el primero hablamos de algunas
características de los coros parroquiales, que gracias a Dios no son muy
comunes, pero que por ser defectos son muy notables. Hablamos de la
evangelización, del coro espectáculo, de la improvisación y de tomar al coro
como grupo social. En este segundo episodio vamos a reflexionar sobre el
sentido de los cantos en misa. Saber porque debemos respetar cada momento de la
celebración para vivirla con mayor profundidad.
En la misa y en los demás sacramentos, cada canto tiene su sentido
y su lugar. Por lo mismo es súper importantísimo estar evangelizado para poder
entender el sentido de cada momento y así preparar el canto. En el Sínodo de la Eucaristía del año 2005 en el documento
final, en su número 25 dice: “Al igual que todas las
expresiones artísticas, también el canto deber estar en íntima armonía con la
liturgia, contribuir eficazmente a su fin, o sea que debe expresar la fe, la
oración, la maravilla, el amor por Jesús presente en la Eucaristía”.
Con esto queda claro que nada de cantos protestantes por favor en la misa, ya
que no reflejan el amor por Jesús Eucaristía. Ok?
Dicho esto puntualizamos que lo que estamos analizando el día
de hoy no es una mera intención personal, ya que muchos que están en contra de
lo que digo buscan miles de justificaciones subjetivas, es decir lo que ellos
piensan sobre este asunto. Esta es una exhortación de parte de la Iglesia en
general.
Ahora, vamos a la explicación de algunos momentos de la
Celebración Eucarística. Recuerde, no es la explicación de la misa paso a paso,
para que no vaya a pensar que me salte algunas cosas. Vamos a mencionar sólo
los momentos en los que participa el coro y rescatar el sentido para darle el
mayor significado.
El primer canto en Misa es el CANTO DE ENTRADA.
La
celebración Eucarística inicia con el canto de entrada. El canto de entrada acompaña la apertura
de la celebración. Inicia desde antes de que el padre salga de la sacristía o
antes de que comience la procesión en la entrada del templo. Este canto convida
a la asamblea a entrar en la acción común y la dispone a la alabanza. Por eso
debe ser un canto que refleje ese caminar hacia Dios, así como el pueblo de
Israel caminaba por el desierto al encuentro de la Tierra prometida, así
nosotros también vamos a ese encuentro con Dios que en los minutos siguientes
se hará presente en el momento de la consagración.
Como ya lo dijimos en el primer episodio,
el coro debe invitar a participar a toda la asamblea con el canto. Aquí yo hago
un pequeño paréntesis, ya que muchos dice para calmar su conciencia cada
domingo que ya han participado de misa, cuando solamente lo que hacen es entrar
a la Iglesia y quedarse en la entrada, o quizá se sentaron pero nunca
participaron como tal. No se participa solamente de cuerpo presente, participar
implica unirse y realizar cada acto que se pide. Si vas a misa y no cantas, solamente
te incas, te santiguas, te paras y te sientas, no creo que sea correcto decir
que participaste, eso lo puedes hacer en tu casa o en cualquier otro lugar.
Participar de Misa es mucho más. Si cantas, si haces la oración con devoción,
si comulgas, entonces si puedes decir con propiedad que has participado de
misa, sino pues sólo has ido a la iglesia. No es regaño, no lo tomen así, es un
solo comentario de mi ronco pecho. Vamos pues al siguiente canto de la misa.
El segundo canto se da en EL ACTO PENITENCIAL.
Aquí el coro debe dirigir un canto de
perdón. El “canto del perdón”, nos ayuda a reconocernos pecadores y necesitados
de la misericordia del Señor para celebrar y para vivir consecuentemente
nuestra vida cristiana. Lo más propio es musicalizar el texto que aparece en el
misal que dice así: “Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad; Señor ten piedad”.
Mucho ojo si se compone uno nuevo, hay que cuidar el sentido del canto: es para
pedir perdón por nuestros pecados, faltas, limitaciones, y confiar en el perdón
y la fuerza que nos regala el Señor.
El tercer canto es EL GLORIA.
Con el canto del “Gloria” cierra el acto
penitencial. El texto del Misal dice así: “Gloria a Dios en el cielo, y en la
tierra paz a los hombres que ama el Señor, etc…), este texto es el que debería
de ser musicalizado. Lamentablemente existen aún pocas musicalizaciones buenas,
o fáciles, o juveniles, por eso a menudo se reemplaza por otros cantos
similares. Hay que estimular a los músicos para la creación de nuevas melodías
para el “Gloria” que aparece en el misal.
UN CANTO ANTES DE LA LITURGIA DE LA
PALABRA.
En ciertas comunidades se abre paso la
costumbre de iniciar la Liturgia de la
Palabra con un canto especial, cuyo tema
sea la Palabra de Dios, o nuestra apertura a ella. No es necesario, pero es
bueno para ocasiones especiales. Regularmente llevan la Biblia en procesión
hasta el frente del altar, el sacerdote o diacono toma el evangeliario hace una
bendición con él y lo colocan en el
ambón donde se proclama la Palabra. Cuando los lectores están listos la gente
toma asiento y se hace la proclamación de la Palabra.
*SALMO RESPONSORIAL.
Este salmo es parte de las “lecturas” de
la misa; es bueno no cambiarlo por otro canto. Es bueno, asimismo, aprender a
cantarlo, hallarle música. Sale muy bien (y es conforme a una antigua tradición
de la Iglesia) cuando las estrofas las canta un solista hombre o mujer, y la
antífona la canta toda la asamblea. Recuerde que el salmo es una fracción
sacada del libro de los salmos que están en la Biblia. La palabra Salmo viene del
hebreo y significa alabanza. Estos son oraciones cantadas. Algunos de ellos
según la tradición, fueron compuestos por el Rey David. Lo más recomendable es
que se hagan cantados, pero de forma solemne, ya que muchas veces se le ponen
tonos que parecen de misa fúnebre y hacen que la gente tenga hasta miedo. Si no
sabe cantar, mejor no cante, hay que invitar a la devoción no a la
perturbación. Nosotros acostumbramos a utilizar los tonos gregorianos, no todos
pueden ser los dirigentes, pero hay que buscar quien puede ser nuestro guía
para no espantar a los fieles.
El siguiente canto se
da antes de la aclamación del Evangelio, EL ALELUYA.
Aleluya significa “Alaben a Yahvé”.
Disculpen que haga otro paréntesis otra
vez, pero creo que vale la pena hacer un cuestionamiento a los hermanos
separados y sectas habidas y por haber. Mi pregunta para ellos es: ¿Por qué
dicen que a Dios hay que decirle Jehová, y en sus reuniones a cada rato gritan
aleluya, no será más correcto que le digan ALELUJE? Digo, sería lo más
correcto. Estas gentes cuando visitan las casas siempre discuten y dicen que el
verdadero nombre de Dios es Jehová y no Yahvé, pues que ya cambien su expresión
y en vez de aleluya, que digan aleluje.
Entonces sepa usted que aleluya quiere
decir, alaben a Yahvé. Ahora sí, cierro otra vez el paréntesis. Y disculpen que
haga esto a cada rato pero es necesario. Seguimos.
En la historia del cristianismo Aleluya ha
sido una aclamación pascual: ¡Alaben a Yahvé porque Jesucristo ha resucitado!
La alegre aclamación del Aleluya antes del Evangelio,
prepara a la escucha de la Palabra de Jesucristo. En las normas del Misal dice que, de no cantarse, es mejor eliminar el
aleluya: ¡tan importante se considera cantarlo! El leccionario contiene,
para cada Evangelio, un versículo propio que puede ser leído o cantado entre
los Aleluya. Sepa usted que en
los cuarenta días de la Cuaresma no se canta el Aleluya, sino que se
sustituye por otro canto breve de aclamación al Evangelio, pero que no contenga
la palabra “aleluya”. Por lo regular se hace el canto: Honor y gloria a ti,
Señor Jesús. Y el Aleluya se vuelve a cantar solamente en la Pascua, para
anunciar la resurrección de Cristo. En algunas comunidades se canta también el Aleluya u otro canto breve al
final de la lectura del Evangelio, pero sólo donde así lo determine el
sacerdote. Por cierto, esto de los tiempos litúrgicos lo vamos a platicar en el
siguiente episodio, porque en este ya nos alargamos mucho. Ustedes saben, tanto
paréntesis.
El siguiente canto se hace en la PRESENTACION DE LAS OFRENDAS.
Mientras se prepara el altar y se llevan a
él los dones del pan y del vino, y las ofrendas de los fieles, la asamblea se
dispone a acoger el don por excelencia: Cristo, que se ofrece a sí mismo al
Padre. Él es quien se ofrece. Nosotros sólo presentamos al Padre nuestros
dones. La presentación de las ofrendas se puede acompañar con un canto, sobre
todo si hay procesión; en misas más sencillas no es necesario cantar. Se puede
interpretar música instrumental adecuada al momento, o escuchar al sacerdote
que en voz alta puede hacer la oración de la presentación de ofrendas. Muchos
piensan que lo más importante de este momento es dar la limosna y que por eso
se le llama ofertorio, es decir de ofrecer. Aclaro que no necesariamente debe
darse la limosna que ayuda a la iglesia para adquirir los dones y manutención
del lugar. El ofertorio es el momento de ofrecer a Dios lo que somos, lo que
llevamos en el corazón de cada uno, ya sean tristezas, alegrías, sufrimientos,
necesidades, lo que sea, ofrecerlo a Dios. Les recomiendo que vean la película
católica en dibujos animados que se llama EL GRAN MILAGRO para que puedan tener
una idea ejemplificada con las imágenes. El canto de este momento debe ayudar
espiritualmente para hacer este ofrecimiento.
Llega el canto del “SANTO”.
El prefacio culmina con el canto del
santo. La asamblea, después de haber recordado las bondades de Dios, siente el
impulso de alabarlo y lo mejor es hacerlo con este bello canto. Este himno de
alabanza se prolonga en el bendito el que viene en el nombre del señor. Esta
alabanza nos hace recordar el domingo de Ramos, cuando Jesús entró triunfante
en Jerusalén. El “Santo” es el único canto que en el misal se anuncia como
canto, dice así: “Por eso, con los ángeles y los arcángeles te alabamos
cantando....”. Es bueno cantarlo siempre, y no cambiar el hermoso texto bíblico
de Isaías de su texto tradicional. Se le pueden inventar diversas melodías. El
santo es un canto vivo y alegre, una verdadera profesión de fe.
En la oración del
padre nuestro.
En algunas iglesias se acostumbra a cantar
el padre nuestro. La melodía nunca debe de ser tan estruendosa para no perder
la intención del momento. Es de suma importancia acentuar que antes de unirnos
en el Padre nuestro, decimos: fieles a la recomendación del Salvador, y
siguiendo su divina enseñanza, nos ATREVEMOS a decir: Padre Nuestro. El verbo
atreverse viene muy al caso en este momento previo a la comunión. El padre
nuestro, según Tertuliano, resume todo el Evangelio. Es una oración sumamente
comprometedora. Nos obliga a revisar en profundidad nuestra situación delante
de Dios y de los hombres. Por lo mismo debemos hacerlo con mucha devoción.
El canto en el
momento de la paz.
Después de orar con la oración que Cristo
nos enseño llega el momento de intercambiar la paz. Lamentablemente en muchas
iglesias se hace canto de paz, y se empalma con el canto del Cordero de Dios.
Lo más propio es que este canto comience hasta que ya todos hayan terminado de
darse el saludo de paz. Y en su caso NO debe de cantarse ningún canto de la PAZ.
Este es el
significado de la paz en la misa.
Le rogamos a Jesús que, como el día de la
resurrección, se haga presente en medio de la asamblea y que nos diga
nuevamente: LA PAZ ESTÉ CON USTEDES. Por eso la asamblea recuerda esta promesa
de Jesús. Este pues es el sentido de darse la paz unos a otros.
Como nota aclaratoria, este momento de la
paz debería de hacerse sólo con las personas que se tiene a cada lado.
Recordemos que no es un saludo social, pero muchos así lo toman y el momento se
extiende. Visitan a los vecinos de todas las bancas, en especial a los amigos y
familiares y si por algún motivo se llegó tarde, (que casi nunca pasa entre
nuestros fieles…ruido de grillos) y no se pudo saludar a este amigo o familiar
muchos aprovechan para saludarlo y preguntarle cómo ha estado etc. etc.
etc. Por eso algunos sacerdotes se ven
obligados a decirle al coro parroquial que comiencen con el canto del cordero
para avisarles a los distraídos que ya se acabó la hora del saludo. Se oye fea
esta referencia, pero muchas veces así ocurre. Lo más propio como ya dijimos es
saludar solamente a los que están a sus costados. De esta manera se hace corto
el momento y nos disponemos para cantar con mucha devoción el canto del
cordero.
El canto del Cordero de Dios refleja esa
alabanza a Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y al
mismo tiempo le hacemos una petición, que nos de su paz. No es un canto que
rellena el momento o un canto que sirve para indicar que ya se acabó la hora de
los saludos. Es una oración profunda de alabanza y petición, por lo mismo se
pide la mayor disposición y devoción a la asamblea.
Sigue el canto de COMUNIÓN.
Aquí se interpreta un canto propio que
ayude a meditar el momento esperado por todos, cuando Cristo viene a cada uno
en el Pan y el Vino consagrados. Muchos aprovechan para orar después de
comulgar, otros más que no pueden comulgar el Pan y el Vino consagrados hacen
una comunión espiritual, por lo mismo el coro debería de entonar cantos propios
que ayuden a este momento de reflexión y oración. En muchas comunidades se entona
un canto meditativo, tranquilo, durante el rito de comunión y después de este.
Ayuda a dar valor a ese momento y a la oración personal que despierta el
encuentro con Jesús. Respetemos el momento y por lo que más quieran, no hagan
cantos de animación. Claro que hay que manifestar alegría por el encuentro con
Cristo, pero un canto de alegría y movimiento le quita el momento místico. En
dado caso que mejor lo hagan como canto final de la celebración. Y hablando de
canto final, vamos a finalizar con la explicación de los momentos en la
Eucaristía y su sentido.
EL CANTO FINAL.
Este canto no forma parte de la tradición
de la Iglesia, pero es muy querido en las comunidades de nuestro continente. El
canto final puede llevar varias tonalidades. Puede ser con un sentido mariano,
es decir dedicado a la Virgen María,
también puede ser de acción de gracias por la liturgia vivida, o por la
vida o de misión ya que al salir de la misa volvemos a retomar nuestro compromiso
por el Reino. Vayamos a anunciar lo que aquí hemos celebrado. Aquí si en verdad quieren un canto súper
movido los del coro, lo pueden hacer con todo gusto.
Tome nota que no dimos una explicación del
momento de la misa para entender su significado. Eso más bien correspondería a
un episodio que podríamos titular, paso a paso, la misa explicada. Cuando
decimos de cuidar el sentido del canto, es para aquellos momentos que se pueden
interpretar cantos que no tienen letra fija, ya preestablecida. Algunos de los
cantos en misa tienen que basarse necesariamente en lo que dice el misal, y si
en otros momentos se puede componer un canto, debe cuidarse la intención del
momento, a eso nos referimos con cuidar el sentido del canto.
De esta forma terminamos el segundo
episodio de los cantos en misa.
Nos vemos en la próxima, y si quieren mandar un mensaje,
comentario, duda o queja, lo pueden hacer al correo: padremodestomsp@gmail.com o
búsquenme en las redes sociales como Modesto Lule.
En esta dirección pueden escuchar los 3 episodios en audiomp3 y
los pueden descargar: http://padremolleto.blogspot.mx/2012/01/podcast-los-cantos-en-la-misa-pte1-de-3.html
Dios les bendiga.
Hasta pronto
Este episodio continuara.
9 comentarios:
Excelente, muy importante. El coro aunque hace un servicio, debe vivir la misa, así su testimonio y voz ayudaran a que todos nos encontremos con Cristo.
MUY BUENO EL MENSAJE, TAMBIEN DEBERIA DECIR ALGO A LOS FIELES QUE SE ESPERAN AL FINAL DEL CANTO DE SALIDA PARA APLAUDIR AL CORO COMO SI FUERA UN CONCIERTO
Sobre el coro espectáculo que buscan que les aplaudan hablamos en el 1er artículo.
La Instrucción General del Misal Romano cuando se refiere a La Paz no indica que se haga algún canto, sino que después del saludo de los fieles se proceda a la Fracción del Pan y el canto simultáneo del Cordero de Dios. IGMR, 82-83
padre hay un error en su texto, No hay canto de la paz en la liturgia de nuestro rito. no es un canto liturgico. lo que existe es el canto del cordero de Dios que se da despues de que se dieron la paz ( solo a los que estan al lado) pero cuando se da la paz no va ningun canto
eso tambien lo puede leer en este documento: Orientaciones Pastorales sobre Música Sagrada del Episcopado Mexicano
http://www.gruposmusicalesparroquiales.org/espiritual/ORIENTACIONESPASTORALESSOBREMUSICASAGRADA.PDF
Muy aclaratorio el artículo. Tengo una pregunta: Dice que nada de cantos y supongo que tampoco música de los hermanos esperados; entonces por qué se usa la canción Gloria, gloria, aleluya? Esta es una canción y melodía usada por los hermanos esperados. O talvés no tengo bien la información. Pero hasta donde tengo conocimiento es uno de los himnos más sagrados de los hermanos separados. Gracias de antemano por su respuesta. Dlb.
Padre, me justaría oír comentario sobre el compromiso que tiene cada participante, ya que muchas veces en los coros los participantes se alejan por un buen tiempo y después regresan y quieren ocupar un lugar privilegiado, me a pasado ya que dirijo un coro donde somos 9 integrantes y muchas veces tengo que cantar solo o con otra persona. Creo que falta un gran compromiso con Dios.
Atte. Luis Escobar
Muy buen articulo , me gustaron todas esas aclaraciones, Gracias Padre !
Padre: bendiciones del altísimo.Hace mucho tiempo buscando orientación litúrgica, sobre la participación de los coros en la eucaristía ya sea diaria o,dominical,muy valiosas las aclaraciones y recomendaciones. Nuevamente bendiciones Padre Modesto.desde la parroquia San Bartolomé de Córdoba Nariño Colombia.
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