LA VERDAD SOBRE LAS PROFECÍAS DE SAN MALAQUIAS
Tomado
de Religión en libertad: Actualizado 26 febrero 2013
Al final del escrito el audio de este escrito.
Con
el anuncio de la renuncia de Benedicto XVI, mucha gente habla de "las
profecías de los Papas" atribuidas a San Malaquías. Pero ¿qué importancia tiene
esto? ¿Es algo que deba inquietar o quitar a la paz a los católicos? Lo
analizamos en 10 puntos.
1. ¿Qué es la "la profecía de los
Papas"?
Es
un documento que publicó en 1595 un monje benedictino llamado Arnoldo de Wyon
dentro de una historia de la orden benedictina que estaba escribiendo.
Se
trata de una lista de 112 frases cortísimas y enigmáticas en latín, que se
supone que representan a papas desde la época del obispo irlandés San
Malaquías, del siglo XII, en adelante. Es Wyon quien dice el autor es San
Malaquías. También él dice que no le consta que nunca antes se hubieran
publicado en forma impresa.
Además
del listado de frases enigmáticas, Wyon añade una serie de interpretaciones y
análisis que él atribuye al historiador y dominico español en Roma Alfonso
Chacón (c.1530-1599).
2.
¿Quién fue San Malaquías? ¿Es fiable?
San
Malaquías (1094-1148) fue el arzobispo de Armagh, en Irlanda. Fue monje, abad,
obispo y finalmente Primado de Irlanda, un gran reformador de la Iglesia y
avivador de la fe. Murió en Claraval, Francia, en brazos de San Bernardo de
Claraval, en 1148, quien le admiraba y escribió de él, de sus obras y de sus
milagros. Por él sabemos que en 1139 el irlandés visitó Roma y se entrevistó
con el Papa.
Que
San Malaquías es santo y modelo de pastor y reformador no lo duda la Iglesia.
Pero San Bernardo, que tanto lo quiso y que tanto escribió sobre su amigo,
milagros incluidos, nunca escribió nada sobre ninguna profecía, visión, ni
lista enigmática que hubiera dejado este santo. Ni rastro de esta lista
profética hasta 450 años después.
3.
¿Por qué la gente habla de San Malaquías
y la supuesta profecía estos días?
Porque
la lista se acaba con el papa 112º. Benedicto XVI sería el número 111 de la
"lista de San Malaquías". Y para el 112, la última anotación, en vez
de un par de palabras, encontramos esta frase:
"Pedro
el Romano, que nutrirá las ovejas en muchas tribulaciones; cuando acaben, la
ciudad de las 7 colinas será destruida, y el juez terrible juzgará a su gente.
Final."
Así,
el Papa que surgiera del Cónclave actual sería el último, Roma sería destruida,
llegaría el juicio final, etc...
Por
eso la gente repasa listas de papables que se llamen "Pedro", a
saber: Péter Erdo (arzobispo de Budapest), Peter Turkson (africano, de Ghana,
presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz) y, como segundo nombre, Odilo
Pedro Scherer (arzobispo de Sao Paulo).
4.
Pero, ¿qué credibilidad da el Magisterio
de la Iglesia a esta "profecía"?
Ningún
documento del Magisterio ha aprobado de ninguna manera nada de esta profecía ni
se le ha dado ningún reconocimiento.
5.
¿Hasta qué punto podemos hablar de que
sea "auténtica"?
San
Malaquías murió en 1148, era un personaje bien conocido y popularizado por su
amigo, San Bernardo de Claraval, el eclesiástico más influyente de su época.
Pero ni San Bernardo ni nadie habló jamás de ninguna profecía de San Malaquías
hasta que en 1595 la publicó Arnoldo de Wyon, casi 450 años después.
Quizá
Arnoldo de Wyon se la inventó. O quizá un bromista o estafador falsificador
creó efectivamente la lista misteriosa en el siglo XVI, la puso en un archivo
romano y ahí la encontró Arnoldo, documentándose para su historia benedictina.
6.
Pero ¿la profecía acierta en los 111
papas que ya ha cubierto?
Los
investigadores se han dado cuenta que acierta mucho con los papas anteriores a
1590. Y acierta poco con los papas posteriores. Eso refuerza la idea de que el
autor la escribió en 1590. Esto ya lo veía el historiador y benedictino gallego
Benito Jerónimo Felijóo en su Teatro Crítico Universal (1724–1739).
Jimmy
Akin, popular bloquero y apologista católico, hizo recientemente el experimento
personal de repasar cada papa con su "profecía": hasta 1590, el 95%
de las profecías aciertan claramente, y solo un 5% son vagas o dudosas. Desde
1590, sólo un 8% aciertan claramente (un 41% fallan y un 51% son vagas e
indemostrables).
Curiosamente,
los aciertos (¡y sobre todo los fallos!) de las frases anteriores a 1590
coinciden sospechosamente con un libro de historia de los Papas que escribió en
1557 el historiador agustino Onofrio Panvinio, bibliotecario del cardenal
Alejandro Farnesio. Parece que el verdadero autor de las profecías usó ese
libro.
7.
¿Ejemplos de "profecías" que
aciertan?
"Ex
castro Tiberis" (de un castillo en el Tiber) se refiere evidentemente a
Celestino II (1143-1144), nacido en Citta di Castello, al lado del río Tiber.
"Frigidus abbas" es Benedicto XII (1334-1342), que fue abad de
Fontfroide (Fuentefría). "De parvo homine" (De un hombrecito), es Pío
III (1503), cuyo apellido era Piccolomini (en italiano, de piccolo y uomo,
hombre pequeño).
8.
Ejemplos de "profecías" que
encajan de forma forzada
"Aquila
rapax" (águila rapaz) correspondería a Pío VII (1800-1823). ¿Por coincidir
con el reinado de Napoleón? Pero entonces la frase no define al Papa sino a
alguien más o algo más que actúa durante su papado... y entonces cualquier cosa
sería aplicable: ¡siempre habrá algún gobernante rapaz como un águila en el
mundo! Las profecías anteriores a 1590 se refieren a los Papas, no a eventos de
su tiempo.
"Religio
depopulata" (religión destruida) correspondería a Benedicto XV
(1914-1922); de nuevo, no habla del Papa. Sí, la Revolución Rusa en 1917 dañó
la religión en Rusia (pero no en Italia). Siempre hay algún poder que daña la
fe en alguna parte del mundo.
9.
¿Y Jesús y la Iglesia que dicen de todo
esto?
De
la lista supuestamente profética, como de tantas otras supersticiones o
engaños, la Iglesia no dice nada.
Jesús,
respecto a calcular días del fin del mundo o el Juicio Final dice, básicamente:
" Manténganse
ustedes despiertos, porque no saben ni el día ni la hora”. (Mateo 25,13); y
sobre cómo vivir teniendo en cuenta el futuro Jesucristo enseña esto: " No se
preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. " (Mateo 6,
34). También dice: “En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni aun
los ángeles del cielo, ni el Hijo. Solamente lo sabe el Padre”. (Mt. 24, 36)
El
Catecismo de la Iglesia, en su párrafo 67, habla de las "llamadas revelaciones
privadas, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la
Iglesia". Incluso las reconocidas cumplen una condición: "su papel no
es mejorar o completar la Revelación definitiva de Cristo, sino ayudar a vivir
más plenamente en un cierto periodo de la historia".
Tratar
de ligar papas y frases enigmáticas es una curiosidad intelectual o incluso
supersticiosa, no algo que ayude a vivir la fe con plenitud. Sería más útil,
por ejemplo, conocer al verdadero San Malaquías, ver sus obras y celo
evangelizador en la Irlanda del siglo XII y tomarlo como modelo, en vez de
perder el tiempo con lo que con toda seguridad es una falsificación del siglo
XVI.
10
¿Qué pensar, entonces, de la profecía
falsamente atribuida a San Malaquías?
Algunos
pueden pensar que hay algo de verdadero, pero todo lo que parezca acierto ha de
considerarse una simple coincidencia. Además, hay que tener en cuenta que, como
en el caso de Nostradamus y de tantos otros visionarios, se emplea un lenguaje
sibilino u oracular, lo suficientemente vago para que pueda “demostrarse a
posteriori” su acierto.
Basta
con ser un poco hábil entremezclando catástrofes y felicidades para escribir
algo que pueda aplicarse a los hechos venideros sin mucha dificultad.
Y
para entenderlo nos puede valer un ejemplo bien conocido de la mitología
clásica: cuando Creso, rey de Lidia en el siglo VI a.C., se preparaba para la
batalla contra Ciro, rey de Persia, consultó al célebre oráculo de Delfos, y
recibió por respuesta que si comenzaba el combate un imperio sería destruido.
Animado
por lo que consideraba un buen augurio de victoria, se lanzó a la batalla con
otras potencias aliadas y resultaron derrotados, cumpliéndose así el vaticinio,
pero no como él lo había imaginado: fue su imperio el que desapareció.
Una
persona con fe no puede vivir pendiente de estos anuncios –nada infalibles, por
cierto– que pretenden conocer de antemano el futuro. Hacerlo es dejar de lado
la confianza en la Providencia de Dios y la responsabilidad humana en la construcción
de la historia.
Sólo
Dios sabe el día y la hora del final, y por eso la vida en la tierra está
marcada por la virtud de la esperanza.
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Aquí puedes escuchar y descargar el audio de este escrito en mp3: http://www.padremolleto.blogspot.mx/2013/03/son-verdaderas-las-profecias-de-san.html
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