Compilación por P. Modesto Lule msp
padremodestomsp@gmail.com
El simbolismo en la vestimenta del Papa -y también de los
sacerdotes, obispos o cardenales- representa su jerarquía, el tipo de
celebración y el compromiso que tiene como representante de la Iglesia.
El palio (derivado del pallium o palla y con la manta) es un
ornamento del Papa y de los metropolitanos en la Misa pontifical. Tiene la
forma de una faja circular que carga sobre los hombros y de la cual penden ante
el pecho y en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca,
destacándose de ella seis o cinco cruces de seda de color negro o rojo. Suele
adornarse con tres clavos metálicos, que recuerdan los clavos de la Pasión. Las
cruces negras son para los arzobispos y las rojas para el Papa.
El palio se confecciona con lana de corderitos bendecidos por
el Papa en la fiesta de Santa Inés (21 de enero) en una capilla del Palacio
Apostólico. El emblema de Santa Inés es un cordero, por la similitud de su
nombre (en latín Agnes) con la palabra cordero (en latín agnus). En esa ocasión
le presentan al Papa dos corderos adornados uno con flores blancas
(simbolizando la virginidad de Santa Inés) y el otro con flores rojas
(simbolizando su martirio). Luego, los corderos son llevados a la Basílica de
Santa Inés, en la Vía Nomentana de Roma, donde está enterrada la santa, y son
criados por los padres trapenses de la Abadía de las Tres Fuentes. Los palios
son confeccionados posteriormente por las monjas benedictinas de Santa Cecilia
con la lana recién esquilada. Luego se los coloca en un cofre sobre la tumba de
San Pedro en la Basílica Vaticana, y en la Misa de la fiesta de San Pedro y San
Pablo (29 de junio) son bendecidos y entregados solemnemente por el Papa a los
nuevos arzobispos nombrados durante el año. Cuando un palio es entregado al
Papa, este también es depositado sobre la tumba de San Pedro toda la noche
anterior a su entrega.
Benedicto XVI el domingo 24 de abril del 2005 dio a conocer
el simbolismo del Palio.
“El primer signo es el palio, tejido de lana pura, que se me
pone sobre los hombros. Este signo antiquísimo, que los Obispos de Roma llevan
desde el siglo IV, puede ser considerado como una imagen del yugo de Cristo,
que el Obispo de esta ciudad, el Siervo de los Siervos de Dios, toma sobre sus
hombros.
El yugo de Dios es la voluntad de Dios que nosotros acogemos. Y esta voluntad no es un peso exterior, que nos oprime y nos priva de la libertad. Conocer lo que Dios quiere, conocer cuál es la vía de la vida, era la alegría de Israel, su gran privilegio. Ésta es también nuestra alegría: la voluntad de Dios, en vez de alejarnos de nuestra propia identidad, nos purifica - quizás a veces de manera dolorosa - y nos hace volver de este modo a nosotros mismos. Y así, no servimos solamente a Él, sino también a la salvación de todo el mundo, de toda la historia.
En realidad, el simbolismo del Palio es más concreto aún: la lana de cordero representa la oveja perdida, enferma o débil, que el pastor lleva a cuestas para conducirla a las aguas de la vida. La parábola de la oveja perdida, que el pastor busca en el desierto, fue para los Padres de la Iglesia una imagen del misterio de Cristo y de la Iglesia. La humanidad - todos nosotros - es la oveja descarriada en el desierto que ya no puede encontrar la senda. El Hijo de Dios no consiente que ocurra esto; no puede abandonar la humanidad a una situación tan miserable. Se alza en pie, abandona la gloria del cielo, para ir en busca de la oveja e ir tras ella, incluso hasta la cruz. La pone sobre sus hombros, carga con nuestra humanidad, nos lleva a nosotros mismos, pues Él es el buen pastor, que ofrece su vida por las ovejas. El Palio indica, primeramente, que Cristo nos lleva a todos nosotros. Pero, al mismo tiempo, nos invita a llevarnos unos a otros. Se convierte así en el símbolo de la misión del pastor”.
El yugo de Dios es la voluntad de Dios que nosotros acogemos. Y esta voluntad no es un peso exterior, que nos oprime y nos priva de la libertad. Conocer lo que Dios quiere, conocer cuál es la vía de la vida, era la alegría de Israel, su gran privilegio. Ésta es también nuestra alegría: la voluntad de Dios, en vez de alejarnos de nuestra propia identidad, nos purifica - quizás a veces de manera dolorosa - y nos hace volver de este modo a nosotros mismos. Y así, no servimos solamente a Él, sino también a la salvación de todo el mundo, de toda la historia.
En realidad, el simbolismo del Palio es más concreto aún: la lana de cordero representa la oveja perdida, enferma o débil, que el pastor lleva a cuestas para conducirla a las aguas de la vida. La parábola de la oveja perdida, que el pastor busca en el desierto, fue para los Padres de la Iglesia una imagen del misterio de Cristo y de la Iglesia. La humanidad - todos nosotros - es la oveja descarriada en el desierto que ya no puede encontrar la senda. El Hijo de Dios no consiente que ocurra esto; no puede abandonar la humanidad a una situación tan miserable. Se alza en pie, abandona la gloria del cielo, para ir en busca de la oveja e ir tras ella, incluso hasta la cruz. La pone sobre sus hombros, carga con nuestra humanidad, nos lleva a nosotros mismos, pues Él es el buen pastor, que ofrece su vida por las ovejas. El Palio indica, primeramente, que Cristo nos lleva a todos nosotros. Pero, al mismo tiempo, nos invita a llevarnos unos a otros. Se convierte así en el símbolo de la misión del pastor”.
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3 comentarios:
Que profundo significado...tantas cosas que uno no sabe y que están ahí hablándonos siempre de Ti Dios mío.
Todo esto no es mas que una copia del paganismo que se practicaba por los antiguos griegos. Otro intento maas de asociar al denominado papa con el apóstol Pedro. Ya no más al engaño! Abran los ojos.
Eso es. Abran los ojos y no tergiversen las razones de la liturgia. Quiero decir, ciertas partes -como la vestimenta, casulla, mitra, etc.- por supuesto que vienen de las civilizaciones romana y griega. Faltaría más. El cristianismo reconocido por Constantino y hecho religión oficial por Teodosio casi un siglo después, bebe de las características de la sociedad en la que nació -no solo la judía, también la griega y romana-. Y si se dice que el Papa es el representante de Cristo en la tierra, el cual, según los evangelios -textos sagrados, recuerdo a los despistados- le encargó a Pedro ser el dirigente de la Iglesia -luego se puede dudar de la veracidad, pero es lo que pone el texto- claro que parte de esa liturgia debe asociar al Papa con San Pedro. Que el Papa sea digno de ser el sucesor de Pedro o no, eso ya es cuestión de la persona, no del cargo.
Por otro lado, nosotros mismos estamos expresándonos a través de un medio llamado internet, mediante palabras escritas. ¿Por eso se nos tiene que acusar de que usamos signos inventados hace más de 2500 años, y que no son más que signos de hace más de 2 milenios? Pues eso. Que nos dejemos de incongruencias a la hora de atacar las religiones, pensamientos y creencias y aprendamos más de todas ellas.
Mi felicitación a Modesto Lule por enseñarnos cosas que no se suelen contar.
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