jueves, 25 de septiembre de 2008

5 consejos para saber discutir con tu pareja


Compilación por Modesto Lule MSP


¿Quién no se ha enojado o discutido en algún momento?  La palabra discutir viene del latín “discutiré”, y este es derivado de “quatere” que significa “sacudir”. Discutir significa sacudir algo para separarlo. Eso es lo que hacían los antiguos
romanos con las plantas, para separar las raíces de la tierra y ver si las raíces eran sólidas. Es lo que se debe hacer cuando se discute, sacudir los argumentos para encontrar el que está sólido. 

Hemos discutido con muchas personas; lo hacemos con personas muy queridas y no tan queridas, con conocidos y desconocidos, pero siempre habrá momentos para hacerlo.

El enojo como tal no es pecado, lo malo es que este enojo se convierta en cólera y rabia y por ende se convierta en pelea. El la Biblia encontramos una exhortación de san Pablo que dice: “Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día. No le den oportunidad al diablo”. (Efesios 5, 26-27) 

Hace mucho asistí a una conferencia que se llamó: Cómo pelear con los seres queridos, y fue muy aleccionadora ya que me miré desvelado ante las situaciones que presentaba el conferencista. Hoy presento algunos puntos que pueden ser válidos, no para pelear, sino para discutir.

Dale click aquí si quieres leer el artículo: 
ENOJARSE PERO NO PECAR


Aquí los 5 puntos para saber discutir con la pareja, aunque creo que estos puntos muy bien se pueden aplicar en cualquier discusión.

Primer punto
Debemos discutir a solas. No hacerlo cuando nos ven los demás o estamos en medio de una fiesta. El orgullo crece de una parte y de la otra y lo único que se intenta es humillar al otro para no salir nosotros humillados. Buscar un lugar y un tiempo para discutir las cosas. Eso es lo peor que puede suceder en las personas que cuando el conflicto se empieza a dar y hay personas a nuestro alrededor siempre buscamos dejar en mal al otro. Simplemente los orgullos crecen.

Segundo punto 
No encender la ira de terceros. Es muy clásico que cuando hemos discutido con una persona siempre buscamos a otros para contarle lo sucedido y presentarnos como blancos corderos y las pobres victimas. Y lo peor de todo es que en ocasiones llegamos a aumentar las cosas que nos pasaron para dejar en mal a la otra persona. Actuamos como los ofendidos y los más grandes ilusionistas del mundo al presentar algo que muchas veces no existió. Y lo peor de todo es que muchas veces encendemos la ira de otros contra esa persona con la que nos ofendimos. La esposa o el esposo corren con su mamá y le cuentan todo lo que les han hecho y ahora los de los problemas son tres y no dos como al principio.

Tercer punto
Discutir una sola cosa a la vez. Cuando se comienza una discusión se calienta la sangre y el enojo hace que se piensen más cosas de las que se tenían en un principio y por lo mismo hace que no se estructure una forma de diálogo y así se sacan cientos de puntos en una sola discusión. Así como la pareja que salió de la iglesia comenzó con un punto y terminaron con más de 6 puntos discutidos sin llegar a una solución. Debemos recordar que muchos problemas a la vez hacen un monstruo de mil cabezas imposible de dominar. Hay muchas personas que les gusta dar vueltas y vueltas a la misma cosa parecen huracanes, haciendo destrozos con la misma cosa dándole vuelta y vuelta. Pareciera ser que terminaron una cuando ya otra vez han regresado a la misma. Discutir un punto a la vez es lo justo.

Cuarto punto
Quemar la libreta de cuentas pendientes: No guardar las ofensas para poder sacarlas y utilizarlas como armas en un futuro. Hay tipos de personas que las utilizan para escudarse de ciertos errores y practicas negativas. Estoy recordando una anécdota, una leyenda árabe que dice que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: "Hoy, mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro". Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, y le salvó su amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: "Hoy, mi mejor amigo me salvó la vida". Intrigado, el amigo preguntó: "¿Por qué después que te pegué escribiste en la arena y ahora en cambio escribes en una piedra?". Sonriendo, el otro amigo respondió: "Cuando un amigo nos ofende, debemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y a pagarlo. Pero cuando nos ayuda, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento podrá borrarlo". El que tenga oídos que escuche.

Quinto punto 
Jamás apuñalar la relación. Es decir, nunca mencionar actitudes extremas como la de: Me voy; no te aguanto más; hasta aquí llego lo nuestro; esto se acabó; mejor muérete. Todo esto son actitudes extremas que en una relación nunca deben decirse ya que quedan marcadas en la persona y sólo dejan un amargo sabor de boca por mucho tiempo. Los resentimientos invaden al hombre y lo neutralizan. Por eso nunca llegar a puntos extremos.

Espero y te haya servido leer este mega escrito y que a su vez te haya gustado.




Hasta pronto
Y que Dios te bendiga.



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1 comentario:

coto dijo...

Recuerdo que desde niña cuando me enojaba me encerraba en mi pieza y lloraba, me ponía a discutir con Dios lo culpaba, lo retaba, le pedía explicaciones y cuando Él me las daba no me gustaba, porque me mostraba justo el punto en que yo había ocasionado la discusión... a veces pedí disculpas y otras dejé que el tiempo pasara y todo se restaurara.